Los
periodistas somos…
Somos emociones conjugadas contra reloj. Somos sólidos valores
humanos a prueba de balas, mentes necias y obstinadas pues intuyendo el evidente
riesgo, trotamos al lugar donde, pensamos, puede ser encontrada la verdad,
aunque esa verdad sea sólo un nombre, una fecha, un lugar.
Gregorio
Jiménez febrero 2014
Los periodistas somos muchos pensamientos en una sola
cabeza, ya que al escuchar al entrevistado, nuestro ser intenta entrar a su alma.
Observamos y nuestra mano presurosa hace un garabato para registrar su esencia;
nuestros ojos observan su mirada, sus gestos, para dar el justo valor a sus
silencios.
Moisés
Sánchez Cereso, enero 2015
La mayoría de las veces, los periodistas dejamos la objetividad
en la bolsa o la mochila colgada del respaldo de una silla, lo mismo que
nuestras propias penas y anhelos; dejamos de ser nosotros para ser un poco
ellos.
Los periodistas somos neuronas activadas a la velocidad de
la luz, pero también somos puro corazón. Mientras nuestro entrevistado confiesa
que al hablar puede perder su empleo: su sustento diario, nosotros sabemos que
podemos perder la vida, y ni aun así nos echamos para atrás.
Los periodistas somos personas pensantes, valientes y
solidarias, y por ello no somos “ni comunes y mucho menos corrientes.”
Somos un sector especial, un sector imprescindible para
sacar a flote mentiras, fraudes, corruptelas, explotación y tráfico de niños y jóvenes, y tragedias por
el estilo que los hombres de poder quisieran sepultar.
Víctor Báez junio 2012
En su afán de ganar, los poderosos quisieran desaparecernos
del mapa, someternos una vez que levantan
su dedo índice, y así ocultar la verdad que pone en riesgo su ostentosa vida. Su
meta diaria es minimizar pequeñas notas nuestras, salpicadas de adrenalina
pura.
Lo que poderosas y poderosos pretenden, ilusos, es ocultar
la luz del sol con su dedo.
Y una buena noticia para todos…
Los periodistas de hoy escribimos para el mundo; antes lo hacíamos
para un medio de información en específico, pero hoy la tecnología es una
excelente herramienta de comunicación, que ha ampliado nuestro horizonte.
En estos días, cuando los dueños de diarios o noticieros
han endurecido su corazón negando los beneficios laborales que la Ley señala –incluyendo
un salario digno, que no profesional-, el internet es una ventana luminosa para
mostrar hechos que algunos, intentan ocultar.
Los periodistas somos los mayores soñadores del planeta;
creemos que una nota nuestra cambiará el rumbo de las cosas, y escribimos con
esa esperanza en nuestra mente y en nuestro corazón. Tenemos los pies en la
tierra, pero nuestra cabeza no deja de girar en las nubes.
Los periodistas somos los valientes del mundo, porque
sabiendo que el enemigo conoce y observa cada uno de nuestros pasos, nosotros
no desistimos en la diaria búsqueda de la belleza, la verdad y la justicia.
Caminamos con toda nuestra inteligencia y fuerza, y día a día vamos por el nombre,
el lugar, la cifra o cualquier otro dato
que sirva para precisar ¿el qué, quién cuándo, cómo y dónde?, preguntas insustituibles para hacer una correcta
nota informativa.
Manuel Buendía 30 mayo 1984
Los periodistas de hoy somos los anónimos herederos de
espíritus inquebrantables. Entre ellos cito a Ignacio Ramírez, los hermanos
Flores Magón, Filomeno Mata, Oriana Fallaci, Manuel Buendía, Granados Chapa,
Julio Scherer, Elena Poniatowska, Cristina Pacheco, y tantas y tantos otros grandes seres de esta
maravillosa profesión.
Los periodistas somos muy privilegiados, porque la gran experiencia
que nos ha dado la vida, nos ha otorgado el título de defensores, abogados de
la población más desprotegida; somos sus guías, sus avales, y los doctores de
su atribulado corazón.
Los periodistas somos los seres humanos con más satisfacciones
en la vida, porque la mayoría de las veces nuestro único pago es saborear la
simple respuesta a una petición que beneficie a una persona, o a una población,
o el impacto de una nota bien investigada y mejor redactada.
Los periodistas somos un rayito de luz; una pequeña línea del
enorme arco de luz formado tras la lluvia, sobre todo para los muchos seres
humanos que día a día se despiertan confiando en la fuerza de su cuerpo, de sus
manos, su responsabilidad, y en su probada inteligencia y sensibilidad.
Los periodistas somos el camino andado, recorrido, y muchas
veces desconocido, cuya búsqueda de un simple ¿dónde o quién? nos conduce a un peligroso
precipicio, un inesperado túnel en las entrañas de la tierra o una trampa no visible a los sentidos físicos,
pero aun así, difícil es desistir.
Los periodistas somos atentos receptores, pues la tarea
exige relatar intensas experiencias de vida y luchas ejemplares, así como difundir
trascendentes proyectos sociales, que sin lugar a dudas, pueden ayudar a cambiar
el rumbo de la historia.
La orden contra la tarea de informar
Los periodistas somos corazones que vibran al sonido de la
voz de los entrevistados, mujeres y hombres que han logrado, pese a la
adversidad y tremendas dificultades, hacer grandes descubrimiento en la salud,
el arte, la educación y la tecnología, por citar algunas áreas.
Los periodistas somos incansables, porque aunque el cuerpo
esté a punto de reventar por falta de agua, descanso o comida, a nosotros nada nos
detiene: buscamos, hurgamos, preguntamos; vamos y venimos, y en ese trayecto,
solo el poder divino nos cuida, porque atrás o a un lado de un hecho de dolor,
de una tragedia, de una perversión, vigila en silencio el poder destructor.
Los periodistas somos la verdad en movimiento, ella es
nuestro pan de cada día, y en este movimiento vemos tropezar la justicia, por eso
muchos compañeros de oficio han sido asesinados. Hoy y mañana será mostrar la
lista de los que ya no están.
Rubén Espinoza 1 agosto 2015 en Ciudad de México
Los periodistas sabemos que el tiempo pasa como un suspiro,
por eso todo lo queremos hacer sin demora, pronto, rápido; y para movernos, la mayoría sin auto y sin
motocicleta, usamos las alas de la creatividad y la fuerza de espíritu para brincar
los obstáculos con ingenio, y salir al encuentro de la verdad.
Eso somos. Eso son ellos. Ellos son así. Los periodistas
son una pequeña parte del gran YO SOY, porque al principio de los principios,
el gran YO SOY vio que todo lo hecho por él era bueno, y en su mente divina ya
estaban ellos, ya estábamos nosotros.
Los periodistas son héroes de carne y hueso que nuestros
ojos ven, nuestros oídos oyen, nuestro olfato reconoce, y nuestras manos tocan
alguna vez.
Los periodistas asesinados y desaparecidos en Veracruz,
México y el mundo, son personas cuyos
nombres han dejado de pronunciarse en radios, televisoras, en medios
impresos y electrónicos; Ellas y ellos son amados personajes cuyos nombres,
atrevámonos a pensar que por todas esas cualidades juntas, están escrito en
otra dimensión, con los siete colores de
la vida.
Los periodistas son personas, quienes a pesar de su valor
en esta vida, el hombre de poder no les ha hecho justicia, porque son hombres y
mujeres incómodas.
Norma Sarabia junio 2019
Los periodistas de ayer y hoy, son como Juan el Bautista:
una voz en el desierto, pero cuando ellos canten al mundo entero la sinfonía de
su propia vida, cuando unan su voz en un solo ritmo, tono y melodía, la nueva tierra
será su posesión.
El periodista no sabe del miedo, y si lo siente se lo
aguanta.
El periodista no sabe de flaqueza, y si la experimenta la
ahuyenta con un cabeceo de 10 segundos.
El periodista de a pie no sabe de aguinaldo, vacaciones o
pago de días festivos, y aun así insiste y persevera buscando y diciendo la
verdad.
El periodista de hoy sabe, en cuerpo y alma, cuál es su camino,
quién es la verdad y cómo es la vida, y
por ello elige el vivir: caminando, trotando, sudando y soñando con un mundo
mejor.
El periodista es una voz, muchas voces dispersas en el
tiempo y la distancia.
El periodista vive la vida con pasión, pero así también, la
vida está en deuda con él.
Dedico este escrito, con estremecida gratitud a Regina
Martínez y Pedro Ibáñez, compañeros de aventura, que en vida reunieron todas
las cualidades ya escritas, y ella en un lugar y él en otro, dieron voz a los ignorados,
a los valientes, a los esforzados.
Regina Martínez
abril 2012
También dedico estas líneas a los que no conozco ni conocí,
pero que en esta tierra estuvieron y están.
Posdata:
Los periodistas nos metemos en todo, y todo lo queremos saber porque todo
nos importa.
Los periodistas somos millonarios, porque sin tener nada, experimentamos la riqueza moral de muchas vidas en la grandeza de la nuestra.
Eso somos los periodistas…nuestros adversarios dirían: los
muertos de hambre.
El poder dirá: los más odiados.
No importa lo que otros digan, nosotros somos los que más
amamos sobre la faz de la tierra, los que más nos damos a los demás por el
simple gusto de ayudar.
Somos de carne y hueso, mente y alma. Tenemos un nombre, y
si necesario fuera, llegaríamos al fondo del infierno solo para preguntar al
cautivo:
¿Cómo te llamas? tu familia ha de buscarte, pero aquí no
pueden pegar carteles…
Dedico estas líneas a ellas y ellos, en el pasado y el
presente, y en especial a Julián Assange, periodista encarcelado en Londres, en
condiciones infrahumanas.
¿Sabes quién es Julián Assange?
Fundador de Wikileaks. EU lo acusa de espía.
Julian Asange