domingo, 6 de marzo de 2022

PERIODISTAS

 

Los periodistas somos…

Somos emociones conjugadas contra reloj. Somos sólidos valores humanos a prueba de balas, mentes necias y obstinadas pues intuyendo el evidente riesgo, trotamos al lugar donde, pensamos, puede ser encontrada la verdad, aunque esa verdad sea sólo un nombre, una fecha, un lugar.

 

Gregorio Jiménez febrero 2014

Los periodistas somos muchos pensamientos en una sola cabeza, ya que al escuchar al entrevistado, nuestro ser intenta entrar a su alma. Observamos y nuestra mano presurosa hace un garabato para registrar su esencia; nuestros ojos observan su mirada, sus gestos, para dar el justo valor a sus silencios.

 

                                           Moisés Sánchez Cereso, enero 2015

La mayoría de las veces, los periodistas dejamos la objetividad en la bolsa o la mochila colgada del respaldo de una silla, lo mismo que nuestras propias penas y anhelos; dejamos de ser nosotros para ser un poco ellos. 

Los periodistas somos neuronas activadas a la velocidad de la luz, pero también somos puro corazón. Mientras nuestro entrevistado confiesa que al hablar puede perder su empleo: su sustento diario, nosotros sabemos que podemos perder la vida, y ni aun así nos echamos para atrás.      

Los periodistas somos personas pensantes, valientes y solidarias, y por ello no somos “ni comunes y mucho menos corrientes.”

Somos un sector especial, un sector imprescindible para sacar a flote mentiras, fraudes, corruptelas, explotación  y tráfico de niños y jóvenes, y tragedias por el estilo que los hombres de poder quisieran sepultar.

 

                               Víctor Báez junio 2012

En su afán de ganar, los poderosos quisieran desaparecernos del mapa, someternos una vez que  levantan su dedo índice, y así ocultar la verdad que pone en riesgo su ostentosa vida. Su meta diaria es minimizar pequeñas notas nuestras, salpicadas de adrenalina pura.        

Lo que poderosas y poderosos pretenden, ilusos, es ocultar la luz del sol con su dedo. 

Y una buena noticia para todos…   

Los periodistas de hoy escribimos para el mundo; antes lo hacíamos para un medio de información en específico, pero hoy la tecnología es una excelente herramienta de comunicación, que ha ampliado nuestro horizonte.

En estos días, cuando los dueños de diarios o noticieros han endurecido su corazón negando los beneficios laborales que la Ley señala –incluyendo un salario digno, que no profesional-, el internet es una ventana luminosa para mostrar hechos que algunos, intentan ocultar.

Los periodistas somos los mayores soñadores del planeta; creemos que una nota nuestra cambiará el rumbo de las cosas, y escribimos con esa esperanza en nuestra mente y en nuestro corazón. Tenemos los pies en la tierra, pero nuestra cabeza no deja de girar en las nubes.

Los periodistas somos los valientes del mundo, porque sabiendo que el enemigo conoce y observa cada uno de nuestros pasos, nosotros no desistimos en la diaria búsqueda de la belleza, la verdad y la justicia. Caminamos con toda nuestra inteligencia y fuerza, y día a día vamos por el nombre, el  lugar, la cifra o cualquier otro dato que sirva para precisar ¿el qué, quién cuándo, cómo y dónde?,   preguntas insustituibles para hacer una correcta nota informativa.

 

                                 Manuel Buendía 30 mayo 1984

Los periodistas de hoy somos los anónimos herederos de espíritus inquebrantables. Entre ellos cito a Ignacio Ramírez, los hermanos Flores Magón, Filomeno Mata, Oriana Fallaci, Manuel Buendía, Granados Chapa, Julio Scherer, Elena Poniatowska, Cristina Pacheco, y tantas y tantos otros grandes seres de esta maravillosa profesión.

Los periodistas somos muy privilegiados, porque la gran experiencia que nos ha dado la vida, nos ha otorgado el título de defensores, abogados de la población más desprotegida; somos sus guías, sus avales, y los doctores de su atribulado corazón.   

Los periodistas somos los seres humanos con más satisfacciones en la vida, porque la mayoría de las veces nuestro único pago es saborear la simple respuesta a una petición que beneficie a una persona, o a una población, o el impacto de una nota bien investigada y mejor redactada.

Los periodistas somos un rayito de luz; una pequeña línea del enorme arco de luz formado tras la lluvia, sobre todo para los muchos seres humanos que día a día se despiertan confiando en la fuerza de su cuerpo, de sus manos, su responsabilidad, y en su probada inteligencia y sensibilidad.  

Los periodistas somos el camino andado, recorrido, y muchas veces desconocido, cuya búsqueda de un simple ¿dónde o quién? nos conduce a un peligroso precipicio, un inesperado túnel en las entrañas de la tierra o  una trampa no visible a los sentidos físicos, pero aun así, difícil es desistir.  

Los periodistas somos atentos receptores, pues la tarea exige relatar intensas experiencias de vida y luchas ejemplares, así como difundir trascendentes proyectos sociales, que sin lugar a dudas, pueden ayudar a cambiar el rumbo de la historia.

 

La orden contra la tarea de informar

Los periodistas somos corazones que vibran al sonido de la voz de los entrevistados, mujeres y hombres que han logrado, pese a la adversidad y tremendas dificultades, hacer grandes descubrimiento en la salud, el arte, la educación y la tecnología, por citar algunas áreas.

Los periodistas somos incansables, porque aunque el cuerpo esté a punto de reventar por falta de agua, descanso o comida, a nosotros nada nos detiene: buscamos, hurgamos, preguntamos; vamos y venimos, y en ese trayecto, solo el poder divino nos cuida, porque atrás o a un lado de un hecho de dolor, de una tragedia, de una perversión, vigila en silencio el poder destructor.

Los periodistas somos la verdad en movimiento, ella es nuestro pan de cada día, y en este movimiento vemos tropezar la justicia, por eso muchos compañeros de oficio han sido asesinados. Hoy y mañana será mostrar la lista de los que ya no están.    

 



Rubén Espinoza 1 agosto 2015 en Ciudad de México

Los periodistas sabemos que el tiempo pasa como un suspiro, por eso todo lo queremos hacer sin demora, pronto, rápido;  y para movernos, la mayoría sin auto y sin motocicleta, usamos las alas de la creatividad y la fuerza de espíritu para brincar los obstáculos con ingenio, y salir al encuentro de la verdad.  

Eso somos. Eso son ellos. Ellos son así. Los periodistas son una pequeña parte del gran YO SOY, porque al principio de los principios, el gran YO SOY vio que todo lo hecho por él era bueno, y en su mente divina ya estaban ellos, ya estábamos nosotros.

Los periodistas son héroes de carne y hueso que nuestros ojos ven, nuestros oídos oyen, nuestro olfato reconoce, y nuestras manos tocan alguna vez.

Los periodistas asesinados y desaparecidos en Veracruz, México y el mundo, son personas cuyos  nombres han dejado de pronunciarse en radios, televisoras, en medios impresos y electrónicos; Ellas y ellos son amados personajes cuyos nombres, atrevámonos a pensar que por todas esas cualidades juntas, están escrito en otra dimensión, con los siete  colores de la vida.

Los periodistas son personas, quienes a pesar de su valor en esta vida, el hombre de poder no les ha hecho justicia, porque son hombres y mujeres incómodas.

 

 

                                 Norma Sarabia junio 2019

Los periodistas de ayer y hoy, son como Juan el Bautista: una voz en el desierto, pero cuando ellos canten al mundo entero la sinfonía de su propia vida, cuando unan su voz en un solo ritmo, tono y melodía, la nueva tierra será su posesión.

El periodista no sabe del miedo, y si lo siente se lo aguanta.

El periodista no sabe de flaqueza, y si la experimenta la ahuyenta con un cabeceo de 10 segundos.

El periodista de a pie no sabe de aguinaldo, vacaciones o pago de días festivos, y aun así insiste y persevera buscando y diciendo la verdad.

El periodista de hoy sabe, en cuerpo y alma, cuál es su camino, quién  es la verdad y cómo es la vida, y por ello elige el vivir: caminando, trotando, sudando y soñando con un mundo mejor.

El periodista es una voz, muchas voces dispersas en el tiempo y la distancia.

El periodista vive la vida con pasión, pero así también, la vida está en deuda con él.

Dedico este escrito, con estremecida gratitud a Regina Martínez y Pedro Ibáñez, compañeros de aventura, que en vida reunieron todas las cualidades ya escritas, y ella en un lugar y él en otro, dieron voz a los ignorados, a los valientes, a los esforzados.

 

 

        Regina Martínez  abril 2012

También dedico estas líneas a los que no conozco ni conocí, pero que en esta tierra estuvieron y están.

Posdata:

Los periodistas nos metemos en todo, y todo lo queremos saber porque todo nos importa.

Los periodistas somos millonarios, porque sin tener nada, experimentamos la riqueza moral de muchas vidas en la grandeza de la nuestra.  

Eso somos los periodistas…nuestros adversarios dirían: los muertos de hambre.

El poder dirá: los más odiados.

No importa lo que otros digan, nosotros somos los que más amamos sobre la faz de la tierra, los que más nos damos a los demás por el simple gusto de ayudar.

Somos de carne y hueso, mente y alma. Tenemos un nombre, y si necesario fuera, llegaríamos al fondo del infierno solo para preguntar al cautivo:

¿Cómo te llamas? tu familia ha de buscarte, pero aquí no pueden pegar carteles…

Dedico estas líneas a ellas y ellos, en el pasado y el presente, y en especial a Julián Assange, periodista encarcelado en Londres, en condiciones infrahumanas.

¿Sabes quién es Julián Assange?

Fundador de Wikileaks. EU lo acusa de espía.

                              Julian Asange 
   

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